Marilina Ross: Puerto Pollenza.

Hay canciones que en nuestra vida son como especie de Himnos. Y por más que pasa el tiempo y uno cambia estilos, música, y geografías sus letras, sus melodías nunca nos dejan.
En 1982, me encontraba pasando por una etapa personal dificil. El luchar contra todo mi pequeño mundo por defender mi identidad sexual en plena dictadura militar y viviendo en un pueblo de mojigatos no era tarea fácil para una adolescente.

Un día en medio de una de esas estúpidas discotecas donde se reúne la "alta sociedad" y los niños bailan con las niñas, un tema interrumpió en esa especie de sábado decadente. La canción era un poema de amor. Y al escucharlo, algo me llenó de emoción.

Era la emoción de encontrar por primera vez alguien que sentía lo mismo que yo. Porque obviamente el o la autora de aquella letra había escrito sobre su vivencia.
Nadie puede escribir de ese modo, si no lo hubiese vivido.

En esa época María Celina Parrondo (Marilina Ross) era prohibida en el Río de la Plata, y luego de su regreso de un largo exilio en España permitía a Sandra Mihanovich, grabar su "Puerto Pollenza".
Había conocido a Marilina Ross a través del cine y la televisión argentina, pero era la primera vez que le conocía como cantautora.

Puerto Pollenza fué creciendo, sumandose a las voces de otras y de otros que durante siglos habían sido reprimidos, callados a fuerza, condenados. Y cuando las dictaduras fueron cayendo una a una, Marilina pudo continuar su acción: ser una portavoz de muchas verdades. La verdad del amor, la verdad de la justicia, la verdad del corazón.

Jamás olvidaré su actuación en "La Raulito", su disco "Soles", su carita de nena y su sonrisa dulce. Marilina es la única mujer que ha escrito dos canciones con las cuales puedo decir literalmente cuando las escucho lloro.

Y lloro por una única razón: es cómo si ésta mujer con voz de color cielo hubiese entrado a mi corazón y hubiese tomado mis sentimientos, mis vivencias y las hubiese hecho canciones.

"Mis hijos Naturales" y "Puerto Pollenza".

En el primer video, en uno de los tantos homenajes a Marilina, Sandra canta "Puerto Pollenza"...



En el otro, "Mis Hijos Naturales":



Una canción que cuenta lo que yo tengo que contar..."los hijos que la vida no me dió...me han ido apareciendo por ahí..."

Durante muchos años tuve el sueño de poder ver cantar a Marilina en vivo. Sé que ese sueño no se hará realidad. Pero a Marilina la llevo en mi corazón, y en mi admiración eterna por ser una de las mujeres más coherente que he conocido en el mundo de la música y de la actuación del Río de la Plata. Y por sobre todo por ser la mujer que escribió uno a uno mis sentimientos.